Si. Es un peluche. Las víctimas caninas de la broma humana huyen despavoridas con los ladridos grabados del falso perrito. La posibilidad de quedarse con un gran hueso, y con la seguridad de que el animal que lo defiende no es un ser vivo, las mascotas se acercan y se sorprenden con la reacción de "pelusa", como podríamos bautizarlo.