Un equipo del Instituto de Investigación Industrial de Hokkaido construyó una serie de carreteras musicales, que utilizaban los coches como diapasones para reproducir música mientras viajan.

El concepto funciona mediante el uso de ranuras que se cortan a intervalos muy específicos en la superficie de la carretera. Así como viajar sobre badenes o marcas viajes pueden emitir un tono retumbante en el vehículo, la carretera musical utiliza estas marcas para crear distintas notas.

Dependiendo de la distancia entre surco y surco, el coche producirá notas bajas o altas, permitiendo a los conductores más astutos crear distintas melodías.