Capitán en la selección de Marcelo Bielsa, que arrancaba como lateral pero terminaba las jugadas como goleador, Juan Pablo Sorín quedó en la memoria de aquel conjunto que a pesar de no haber conseguido buenos resultados mundialistas, deleitaba con su calidad.

Lejos quedó el tiempo donde bajo las órdenes de Daniel Passarella -y su riguroso capricho de pelo corto para sus jugadores- fue campeón de la Libertadores con la banda roja en el pecho. Ahora con 42 pirulos, se lo ve bastante más cómodo usando larga cabellera y barba tupida. Igualito al Forrest solitario que corría por placer.