La mujer taiwanesa, que viajaba sola y estaba embarazada, tenía fecha para dentro de un mes y por eso decidió tomar el vuelo. Pero a las pocas horas de haber despegado de Bali comenzó con las contracciones.

Lo que pudo ser un gran problema terminó siendo un milagro. LAs azafatas oficiaron de asistentes en el parto y un médico que viajaba de casualidad en el mismo avión se hizo cargo del resto.

El piloto pidió permiso para aterrizar de emergencia en el Aeropuerto Ted Stevens de Alaska. Pero cuando aún faltaban 30 minutos para llegar, el bebé decidió que era el momento de nacer.

La única duda es la nacionalidad de la niña, porque nació en espacio aéreo estadounidense, pero en un avión perteneciente al estado chino.