Teresa Antonella Gonella, de 24 años, mamá de Lucía, de sólo 7, y oficial en la unidad de prevención de la policía local de La Matanza, denunció que su ex pareja, Diego Hernán Lázaro Giménez, Capitán de la policía de la Provincia de Buenos Aires, de 46 años y 26 de servicio, le dio una brutal golpiza en su casa. 

El hombre la arrojó contra el suelo en su departamento ubicado en Villa Celina, La Matanza, le puso ambas piernas sobre ella e intentó asfixiarla. Luego le propinó varios golpes de puños, la arrastró por toda la casa, la escupió “más de 20 veces” en la cara y empujó hasta que, de manera violenta, golpeó un espejo y se cortó una de sus manos.

La oficial de policía fue salvada por Dulce, una de sus vecinas, quien al escuchar sus gritos acudió en su ayuda. Si bien la mujer también recibió varios golpes del oficial de la bonaerense, no dudó en socorrer a su vecina. “Cuando se va él, me meto para adentro y vino mi vecina. Ahí sentí como que me desmayé”, le contó Gonella a este portal.

Y agregó: “Lo único que me acuerdo es que yo no dejaba de repetir el nombre de mi hija, Lucía, y que mi vecina se la llevó a su casa para cuidarla. Le puso dibujitos junto al nene de ella. No sabía a quién llamar. Mi mamá (Claudia) estaba trabajando y mis hermanos tienen 22 y 16 años, respectivamente. No quería molestarlos porque son relativamente chicos”.

La joven de 24 años relató que, en su desesperación, llamó a la mujer de su suegro, de nombre Doris, y le dijo que Giménez le "había pegado”. “Vino corriendo a preguntarme que había pasado. Mi casa tenía vidrios rotos, estaba todo desordenado porque me había arrastrado por todos lados. Me llevó a su casa y me pidió que le cuente lo que había pasado”, detalló.

Y continuó: “Una vez qué pasó esto, mi cuñada –que había ido a hablar con Diego a su casa- vino y me dijo que haga lo que tenga que hacer, si quería denunciarlo que lo denuncie, pero que lo pensara en frío. Yo sentía que ellos no querían que lo denuncie”.

“Mi suegro me contó que en relaciones anteriores, Diego discutió feo y que con una de sus ex, que también era policía, se apuntaban mutuamente con sus pistolas reglamentarias. Se las ponían en la cabeza. Yo no lo podía creer. Estuve al borde de morirme”, sostuvo.

En ese momento, Gonella  no lo dudó y afirmó que si no estaba su vecina, su por entonces pareja la hubiese “matado”. “Me mataba ante los ojos de mi hija y de la hija de él. ¿Qué tengo que esperar, que me mate o me cague a palos?”, se preguntó.

Lo cierto es que, lejos de ser contenida, Gonella explicó que no se sintió contenida al denunciar al capitán de la bonaerense en La Matanza, quien –según relató- está a punto de ser ascendido a mayor. “Con Dulce, que me acompañó no solo como testigo, sino también como víctima, fuimos a la Comisaría de la Mujer de San Justo”, relató.

Según explico, en ese lugar le hicieron firmar el oficio y le comentaron que “a él no lo iban a echar de su cargo, que le van a dar una carpeta, que lo van a mandar recién a los dos meses al psicológico y que le iban a volver a dar el arma. Él tiene el derecho de pegarme y matarme, que no le van a hacer nada”, sostuvo, indignada, en diálogo con BigBang.

“Me hice el precario médico [así se denomina la revisión que le hicieron en la comisaría ] y a todo esto quería informar a base. Cuando voy a entrevistarme con el jefe de turno, me atiende el oficial Villalba y me empieza a hablar de muy mala manera. Yo estaba golpeada, con muchos nervios y me maltrató. En ese momento me agarró un ataque de locura, no querían que hable con el jefe de turno y tuve que esperar en el móvil con mi compañero, Omar”, detalló.

Y siguió: “Me agarró un ataque de locura y empecé a hacer un quilombo porque lo querían encubrir. Me olvidé que era policía y los increpé. Tuve que volver más tarde. Hice el precario, hice la denuncia y hablé con el comisario. Le sacó una foto a la denuncia y me dijo que me quede tranquila. Que iba a hacer un parte”.

Al final, después de la denuncia y de las flacas expectativas que le dieron tras su denuncia, remarcó que siente que tiene “todas las de perder”, aunque aclaró que no se dará por vencida por su hija. “Ayer tuve que ir al médico porque los golpes me duelen todavía, pero como tenía miedo que me saquen mi lugar del trabajo, me pedí un solo día de reposo”, cerró.

Según denunció la familia de Gonella, si bien ya se realizaron todas las denuncias correspondientes, Giménez sigue "molestando e intentando intimidarla" con amenazas por las redes sociales.