La cifra de muertos tras el fuerte terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter que sucedió en la provincia de Kermanshah, en el oeste de Irán, aumentó a 328, en tanto que suman 3.950 los heridos, según los últimos datos oficiales.

Las operaciones de búsqueda se desarrollan a contrarreloj para intentar salvar a posibles supervivientes y en ellas participan el Ejército, los Guardianes de la Revolución, la fuerza de Voluntarios Islámicos y la Media Luna Roja de Irán.

El vicepresidente de la Organización de Gestión de Crisis de Irán, Behnam Saidi, explicó que se enviaron 19 helicópteros y tres aviones a las zonas afectadas para el traslado de los heridos.

Sobre el terreno están desplegadas también unas 140 ambulancias y miles de efectivos de los servicios de emergencia y otras organizaciones gubernamentales, informó la agencia de noticias EFE.

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El presidente iraní, Hasan Rohani, visitará el lugar en donde ya se desplazó una delegación encabezada por el ministro del Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, y en la que participan el ministro de Sanidad, Hasan Qazizadeh Hashemi, y el director de la Media Luna Roja iraní, Ali Asqar Peivandi.

En un mensaje difundido por la agencia de noticias IRNA, Rohani se refirió hoy al terremoto "en gran parte de las provincias occidentales del país, especialmente en la provincia de Kermanshah, que es la tierra de los héroes" y remarcó el "gran dolor y tristeza" que causan al pueblo de su país.

Las poblaciones más afectadas en Irán son Sarpul Zahab, donde se estima que la mitad de los edificios se han derrumbado, Ghasr Shirin y Azgale.

Las numerosas réplicas, algunas de 4,5 grados, se hicieron sentir en varias provincias del norte, oeste y centro del país. El más grave hasta la fecha sucedió en junio de 1990, cuando perdieron la vida 37.000 personas en varios pueblos del norte del país. Otro sismo en diciembre de 2003, en la provincia de Kerman, dejó 31.000 víctimas fatales.