El problema de peso de Amalie comenzó en 2012 producto de una depresión nerviosa. Sin embargo tardó un año en tomar conciencia de cómo su estado estaba poniendo en peligro su vida.

"No me gustaba ver a la gente que tenía alrededor preocupada. Las tareas diarias se volvieron complicadas y terminé aislándome", explicó la joven que ahora vive en Londres.

Ante el temor de terminar consumida por la enfermedad decidió pedir ayuda y comenzar una nueva vida. Hoy se alimenta con hasta tres mil calorías diarias para poder recuperar un peso saludable y comparte su experiencia en su cuenta de Instagram.

Darse cuenta a tiempo y la ayuda y apoyo de sus allegados le permiten hoy a Amalie tener una nueva vida.