Bailey no podrá olvidar jamás la ovación que recibió al cumplir su sueño de participar en un triatlón y llegar al final del mismo en Yorkshire del Norte, Inglaterra.

El pequeño nació prematuro y a los 18 meses le diagnosticaron una parálisis cerebral que afectó su motricidad. Sin embargo Bailey demostró su fortaleza y decidió cruzar la meta sin ayuda.

Los padres Jonathan y Julie Matthews, estaban preocupados por el esfuerzo que debería hacer Bailey aunque cada vez que se cayó, el niño se levantó y cumplió con su sueño. Los organizadores le entregaron una medalla especial por su fuerza de voluntad.