En Holanda no se habla de otra cosa. El sábado pasado, los reyes Guillermo y Máxima de Holanda, la realeza más rica del mundo, visitaban Amstelvetten para celebrar el Día del Rey. Todo divino.

El alcalde local, Fred de Graaf, escoltó a Máxima en su recorrido cerca de las vallas para saludar al público. Con tanto celo que al rodear su cintura, le apoyó la mano en la cola ¡Para qué! ¡Escándalo nacional y mundial!

Un ciudadano estaba tomando imágenes de la recorrida por Amstelvetten y captó con su cámara el momento del incidente. "No recuerdo haberlo hecho y sin duda es algo que nunca haría", se defendió de Graaf.

¡Debieran condenarlo como a los curas abusadores de niños! ah no, cierto que...