Marcelo Brandán Juárez y Jorge Pedraza líderes de los llamados los "Doce apóstoles", por haber realizado el motín en Semana Santa, encabezaron la rebelión de ocho días de  unos 1500 presos con un trágico saldo de siete reclusos muertos. 

Los amotinados intentaron escapar por la entrada principal y al recibir disparos de los guardiacárceles utilizaron a parte del personal como escudo humano. Al ver frustrada su fuga se recluyeron en el interior del penal y comenzaron con luchas internas entre distintas facciones.  

Incluso llegaron a descuartizar presos, hacer empanadas  y cocinarlos en el horno de la panadería del penal.  Una jueza, su asistente y personal penitenciario estuvieron privados de su libertad por ocho días hasta que finalmente fueron liberados y los amotinados trasladados a  la cárcel de Caseros.

Recién en abril de 2000, 24 de los involucrados fueron llevados hasta la justicia donde 17 detenidos recibieron condena (seis a reclusión perpetua, ocho a 15 años de prisión, dos a 12 años y uno a 6 meses), mientras que los restantes fueron absueltos.