Javier Ferrer se define como asesor financiero que ofrece “servicios como charlas y asesoramiento personalizado” por las que cobra entre mil y dos mil quinientos dólares. Este mendocino se presentaba en las redes sociales como "empresario, asesor de negocios e instructor de vida". 

"Hola, normales", decía Ferrer al saludar a sus seguidores en los videos que publicaba en las redes. En sus perfiles se lo podía ver manejando vehículos de alta gama, vestido con ropa elegante y rodeado de paisajes y objetos ostentosos. En los videos que solía publicar, prometía consejos e instructivos para que los simples mortales pudieran cambiar sus vidas y transformarse en personas exitosas. 

Su exposición le jugó en contra, los usuarios comenzaron a emparentarlo con Leonardo Cositorto, el líder de Generación Zoe actualmente detenido por estar investigado por asociación ilícita. A partir de las burlas y críticas, Ferrer borró contenido y cerró todas sus cuentas. Pero no fue por eso que se borró de las redes…  AFIP y a Justicia lo tienen en la mira, junto a otros influencers financieros, por evasión. 
 

El más prontuariado aquí

Ferrer es de familia mendocina, uno de sus tíos estuvo vinculado al Grupo Greco, que supo tener un holding de 50 empresas durante la dictadura. En los '80 hubo una maniobra para generar su vaciamiento y tuvo una controvertida quiebra. Durante la presidencia de Fernando De la Rúa fue dueño de un boliche llamado Málaga y de una productora. Dijo ser representante de Rodrigo Bueno y Walter Olmos. Asegura que su negocio más rentable fue la compra y venta de inmuebles.