En el noticiero de A24, Antonio Lage y su equipo pasaron un momento incómodo al aire: mientras presentaban la noticia de un novedoso servicio para cumplir la fantasía de hacer el amor en un avión, uno de los periodistas dejó entrever las propias ganas.

Esos deseos fueron los que traicionaron al columnista, cuando se dio cuenta de que su idea no era compatible con la situación televisiva. Su cara de vergüenza y el silencio con tímidas risas lo delataron por completo.