Prefectura Naval, Policía de la Ciudad, personal de Drogas Peligrosas, 40 vigiladores privados, controles de alcoholemia, seis ambulancias del SAME con sus respectivos médicos y 16 socorristas de la Cruz Roja, es parte de las condiciones que ahora exige la Agencia Gubernamental de la Ciudad (AGC) para que se desarrollen fiestas electrónicas internacionales. La evidencia de que hasta que no muere gente, las autoridades no mueven ni un pelo para cuidar a la ciudadanía.

En abril de 2016, la tragedia de Time Warp dejó el saldo de cinco jóvenes muertos por sobredosis de éxtasis, pero esta vez el escenario será aledaño: el estadio Mandarine Park del complejo Punta Carrasco recibirán las presentaciones de los DJ Dash Berlin, Eelke Kleijn, Guy J. y Digweed.

Por las muertes en Time Warp están procesados y esperan el juicio oral el abogado Víctor Stinfale y su socio Walter Santángelo, presidente de Energy Group, el titular de Dell Producciones, Adrián Conci, los apoderados Carlos Garat y Maximiliano Ávila, el responsable de los accesos, Carlos "Chino" Penise, el presidente de Multiticket, Facundo González, y el llamado "rey de la electrónica", Martín Gontad. A pesar de que estos eventos fueron prohibidos, desde entonces pasaron a al ámbito privado y clandestino, pero continuaron en vigencia.

Según la norma 5.641, cuando el evento tenga de 5 a 10 mil asistentes, la AGC dispondrá de seis inspectores y cuando se superen esa cifra, se agregará un inspector por cada cinco mil, además de que se debe asegurar el funcionamiento de puestos de hidratación gratuitos toda la noche, tener promotores de salud en la puerta y otorgar información sobre los riesgos del consumo de drogas y alcohol, según precisó Telam.