Mauro vivió con nerviosismo extremo aquel encuentro, que le otorgó al recordado plantel de Alejandro Sabbella la posibilidad de jugar contra el mejor equipo del momento -coincidentemente, mantiene ese privilegio en la actualidad- el Barcelona de España.

El periodista llegó a estar una hora en la ducha y cocinar carne, sólo con la intención de mantener su mente lejos del partido, temiendo un ataque de nervios por el desafío con el Cruzeiro de Brasil.