Una ex alumna del Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE) escribió para El Cohaete a la Luna, que las alumnas (y exalumnas) del colegio que depende de la Universidad Nacional de Buenos Aires denunciaron que profesores del instituto acosaron y violentaron a varias estudiantes. 

"El secundario que depende de la Universidad de Buenos Aires fue creado por hombres y para hombres. Hacia 1982, la institución por primera vez permitió el ingreso de mujeres, que con el paso de los años se volvieron protagonistas en las aulas y en el Centro de Estudiantes", cuenta Martina Sol Garbarz y agrega "el pasado viernes, el Centro presentó a las autoridades una denuncia por casos de abuso de autoridad, violencia institucional, de género y patriarcal, ejercidas por docentes y avaladas por la institución durante al menos, las últimas dos décadas. El documento histórico cuenta con más de cuatrocientas adhesiones de exalumnos y alumnas. 

A raíz de la denuncia que realizaron alumnas y exalumnas del Colegio Nacional Buenos Aires, donde además exigieron educación sexual con perspectiva de género y la pronta aplicación del Protocolo de Intervención Institucional ante las denuncias efectuadas en el ámbito de la UBA, el rectorado de a Universidad estableció la competencia exclusiva para la aplicación del protocolo en los hechos denunciados el marco del discurso que realizaron las alumnas en su entrega de diplomas.

Ahora, luego del texto que realizaron desde el Centro de Estudiantes del ILSE, el rector convocó a una mesa de diálogo a los responsables de la agrupación gremial estudiantil. "Finalmente comunicó que el procedimiento aplicado al Colegio Nacional será análogamente utilizado para los casos del Instituto Libre y que la responsable de las actuaciones e investigaciones será directamente la Universidad de Buenos Aires", informó la exalumna. 

“Nos animamos a hablar porque sabemos que fueron excesivos los casos y no puede haber más. Nos animamos a hablar por las generaciones graduadas que no pudieron. Y no nos referiremos a situaciones de profesores que ya no dictan clases en el colegio”, manifestaron las alumnas. El Centro de Estudiantes insiste en que el objetivo traspasa la denuncia en sí misma, pero ante la falta de medidas efectivas y respuestas se ven obligadas a hacer pública la situación.

Las situaciones que denuncian las alumnas van desde denigraciones hasta situaciones de acoso: "un profesor entra el aula y les reparte revistas de supermercados a las alumnas, la tarea es que se interioricen porque ese es su destino, la cocina. Timbre, cambio de profesor. Hay examen oral. 'Si te desabrochas el primer botón de la camisa aprobás seguro', le dice una compañera a otra y le recuerda que el profesor nunca mira a la cara a las estudiantes. 'El no de las mujeres es un sí, ustedes que son hombres tienen que insistirles', manifiesta el docente a un grupo de quinceañeros que se sientan al fondo de aula. Se ríe. Mientras tanto en el curso de al lado, un licenciado le contesta a una recién egresada de la primaria, 'vos no podés opinar porque sos mujer', y se burla. Interrumpen la clase, una alumna tiene que salir porque la van a castigar por algún motivo injustificado. La encierran en preceptoría, llora, quiere irse, no la dejan. Firma la sanción y llaman a la madre para advertirle que su hija se está juntando con gente que la está mal influenciando políticamente. Estas son algunas escenas cotidianas con las que conviven las menores.", denuncia Sol Garbarz.