Ignacio Guido está en la tapa, la boca abierta, el grito liberador en vez del chasquido que tapa ese grito que era todo el grito. El nieto de Estela, que también participó de la charla, y los chicos de la Garganta Poderosa.

La contratapa se encuentra Estela Carlotto con una remera que dice “Topadoras. Nunca Más”. Ella también habló.

“Sé lo que estoy viviendo, y está buenísimo. Yo sé que para mi familia que me estuvo buscando durante tanto tiempo, ha sido un gran momento, pero para mí, que viví ignorándolo y ya tenía una vida armada, feliz, fue bastante fuerte encontrarme de golpe con otra familia”, reflexionó Ignacio Guido en la entrevista.

“De los cuatro padres que tengo, dos me dieron una cosa, y dos otra. Y entre los cuatro, me dieron un equilibrio del que también estoy agradecido. De mis viejos adoptivos, aprendí a vivir por lo que se cree. Y de mis viejos biológicos, aprendí que, si es necesario, hay que morir por eso”, sentenció.

La represión en el predio de Villa Lugano, la identidad, la búsqueda, la lucha, siempre la lucha, todo el tiempo, día a día, como vivir en una villa ¡Imperdible!