Mientras en las grandes esferas de poder se preocupan por el alza en los índices, y las clases medias restringen la compra de ciertos productos en los supermercados, las clases bajas están realmente en peligro. Muchos fueron expulsados del sistema laboral, quedaron sin techo, y están expuestos a una marginalidad que asusta.

En este informe de C5N se cuentan varios testimonios de personas que ya no tienen dinero para alquilar y que debieron irse a vivir a vagones de trenes abandonados con sus hijos menores de edad. Allí un vendedor ambulante cuenta cómo la gente ya no les compra y además aparecieron muchos más "colegas" por la crisis y la falta de trabajo.

Es desesperante escuchar cómo llora al pensar que ya no puede servirle un vaso de leche caliente a su hijo en la mañana. Acá están las consecuencias de la crisis. En los millones de niños que se van a dormir en la calle, con hambre, y frio. Expulsados de un sistema que les arrebató el futuro.