El planteo de la familia Bacca, incluso del propio hombre que conoce su verdadera identidad aunque desee conservar la que le dieron sus padres adoptivos -apropiadores, según la Justicia- deberá continuar su camino según los pasos del sistema judicial, pero la reacción de ataque a Abuelas no tiene sentido.

Cristina Mariñelarena reconoció en comunicación con 'La mesa está servida' por Canal 13, que recibió al bebé de manos de "una amiga" -Inés Graciela Lugones, viuda de Guillermo Minicucci, el jefe del centro clandestino El Vesubio- y que no preguntó nada sobre la identidad del niño.

Si bien es indudable que eligieron criarlo de buena fe, en su momento deberían haber denunciado ante las autoridades pertinentes esa práctica a la que accedió. Por eso, es indudable que se trata de un delito de Lesa Humanidad, y la queja sobre la consideración de Abuelas es apenas una falta de respeto.