El último de los nueve números de Kranear es de abril de este año. En él, el lanzamiento del Arsat-I es la figura central de una edición que pasea por otros temas, pero con un eje central.

Para entenderla, basta con recapitular el sumario del primer número de diciembre de 2010: Ley de Medios, Derechos Humanos, Integración regional, Políticas sociales, Gastronomía latinoamericana, Literatura y peronismo, entre otros.

La revista, según Mariano Abrevaya Dios -editor responsable-, está "elaborada por gente que participa de una otra manera en el proceso de cambio que vive nuestro país y nuestro continente, desde la comunicación".

Cada número de Kranear trae figuritas de los luchadores latinoamericanos para coleccionar, por ejemplo, el Che, Tupaj Katari o Evita en versión superhéroe.

Lalo Recanatini Méndez, uno de los directores, asegura que “Kranear es una revista nac & pop que nació con el objetivo de ser un espacio abierto a la participación de todos los sectores que componen el proyecto político de transformación que vive el país y América Latina”.

Kranear es el relato de una época, admiten Recanatini y Abrevaya; y remarcan que la consigna central es "pensarnos desde acá".

La estética, entre peronista y punk, también es una marca registrada, junto al formato y los colores. Al abrir Kranear uno puede encontrar todo lo señalado anteriormente, y además Fotoreportajes, Educación, Narrativa y hasta Poesía y Música.

Con solo pensar en su nombre, la próxima vez que uno delante de un puesto de diario, alcanzará para reconocerla entre tantas.