Las dos grandes centrales sindicales de España aprobaron la convocatoria de una huelga general para el 29 de marzo contra la reforma laboral del gobierno de Mariano Rajoy, que abarata y facilita el despido en medio de la recesión y en un país con 5 millones de desocupados. 

El Consejo Confederal del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) y el Comité Confederal de la Unión General de Trabajadores (UGT) votaron a favor de la medida de fuerza tras varias horas de reunión, según fuentes sindicales. 

Los líderes de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, tienen previsto realizar una conferencia conjunta en las próximas horas para oficializar la convocatoria de la primera huelga general contra el gobierno de Rajoy, quien asumió el poder hace poco más de dos meses. 

Se trata de la sexta huelga general de 24 horas en la historia de España y la segunda contra un gobierno del derechista Partido Popular (PP), puesto que los sindicatos recurrieron a esta medida en 2002 contra medidas laborales de José María Aznar. 

El socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien estuvo casi ochos años en el poder, sólo afrontó una huelga general, el 29 de septiembre de 2010, también contra su reforma laboral. 

Los sindicatos nacionalistas del País Vasco, Navarra y Galicia ya habían fijado la misma fecha para la primera huelga contra el gobierno de Rajoy, adelantándose a la convocatoria a nivel estatal. 

La decisión de recurrir a la huelga general en toda España viene avalada por el éxito de las manifestaciones masivas que tuvieron lugar el pasado 19 de febrero, cuando más de un millón de personas salieron a la calle en más de 50 ciudades para rechazar la reforma del mercado laboral aprobada por decreto por el gobierno español.

Rajoy defendió aquel día la reforma como "justa y necesaria para España". Antes de que la reforma fuera aprobada, el jefe del Ejecutivo reconoció en Bruselas que la reforma le costaría una huelga general. 

Los sindicatos habían tendido la mano al gobierno para negociar el contenido de una reforma que, según afirman, no va a solucionar el problema del desempleo sino que creará más porque da al empresario libertad para despedir a bajo costo y sin control, y bajar los sueldos de forma unilateral, lo que dinamita las relaciones laborales de los últimos 30 años. 

Si bien la ministra de Empleo española, Fátima Báñez, aseguró que los sindicatos podrían presentar modificaciones a la ley durante su tramitación en el Congreso de los Diputados, también remarcó que el núcleo duro no se tocará. 

Tras la convalidación ayer en el Congreso del decreto-ley del gobierno por el que se aprobó la reforma, y después de presentar sus propuestas, los sindicatos esperaban que Rajoy les ofreciera abrir una negociación, algo que no sucedió. 

Además de la reforma laboral, los sindicatos convocan la huelga general contra los ajustes aprobados y que planea aprobar el Ejecutivo español para reducir el elevado déficit de España, que Rajoy se comprometió a llevar del 8,51% de 2011 al 5,8% en 2012. 

No por casualidad se eligió la fecha del 29 de marzo para la huelga. Será la víspera de la aprobación de los Presupuestos del Estado que el gobierno anticipó que serán muy duros.