Pepsico cerró las puertas de su planta, dejó en la calle a 600 trabajadores y luego los reprimió para que desalojaran la fábrica.

La empresa comenzó entonces a importar sus productos desde Chile, pero justamente desde los supermercados de ese país se llama a no comprar los productos de una empresa que despide y luego manda a reprimir a sus trabajadores.

Un ejemplo a seguir.