Rodolfo Tailhade investigó la corrupción macrista desde que detectó la compra de dólar futuro de varios empresarios ligados a Macri, en la antesala del balotage 2015, para perpetuar el negocio millonario que significó el "dólar futuro". Desde entonces, su foco en las maniobras del Presidente no se desvió, y fue golpeando a buena parte de sus principales funcionarios.

Las irregularidades de la fundación SUMA de Gabriela Michetti, la condonación de deuda al Correo Argentino, el acuerdo de Avianca para quedarse con Mac Air, la trama brasileña de Odebrecht, la constante actuación conjunta de la Justicia con el Ejecutivo, entre muchísimas otras causas de corrupción macrista, hasta llegar a la "omisión maliciosa" del Presidente en su última declaración jurada, donde evitó nombrar dos terrenos cuyo valor de mercado podrían superar los 1000 millones de pesos.

Meses atrás, en la investigación por el caso Odebrecht, el legislador había denunciado al ministro de Justicia Germán Garavano y a la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, por “negociar impunidad” de forma extrajudicial con directivos de la firma brasileña. De ahí se desprende que la respuesta de Garavano con una demanda por "daños y perjuicios" por dos millones de pesos, sea evidentemente un apriete.

Sin embargo, solo un defensor a ultranza de la corrupción oficial -como lo es Luis Majul- puede acusar con tal vehemencia y falta de respeto a un diputado que siempre se respaldó con documentación certera para demostrar las distintas maneras que encontraron desde el entorno presidencial para concretar jugosos negocios.