El rock murió, al menos como cultura. La Rolling Stone (RS) nos lo recuerda en su edición norteamericana al llevar a su portada al líder religioso más importante del planeta, que si bien es argentino y peronista ¿qué tendrá que hacer en la tapa de una revista que dice ser el emblema de la rebeldía joven?

Reza un párrafo: "Francisco decidió no vivir en el palacio papal, pero se queda en la habitación de huéspedes del Vaticano, liberándose del aislamiento del clero. Opta por manejar alrededor de la ciudad en un Ford Focus en vez de una limusina".

RS destaca el hecho de que el Papa intente erigirse en el "papa del pueblo", algo que en nuestro país políticos y periodistas calificaron como "el papa peronista".

La revista destaca lo "mucho que hace" Francisco, sus "gestos", la diferencia con los anteriores papas, su "actitud inclusiva hacia los derechos humanos", el quiebre que logró con "la tradición" vaticana, y el "hacerle frente a los temas políticos".

E invitan a leer la nota: "Rolling Stone presenta al papa como el hombre atado a la tradición religiosa en una mano, y lucha para traer a la Iglesia a una nueva era con la otra", entre notas de Sting y Paul Simon, una banda country, la exportación al mundo de Estados Unidos de calentamiento global y otros artículos.