Desde la página Ojodeprensa, informaron a través de las redes sociales, que personal del bar Taco Box, ubicado en Alvear 122 y con muchas franquicias en todo el país, golpeó a un nene que vendía fibrones.

"Lo sacó un tipo del lugar a la rastra, lo tiró contra la puerta y le dio una piña en el estómago", contó una mujer que lo reveló en las redes.

"Violencia contra un niño de 10 años que vende fibrones. Fuimos testigos, un horror", escribió en su cuenta Facebook.

El episodio sucedió este martes en el interior del local. La chica contó que el nene se llama Jesús yque no supo bien qué hacer luego de ver ese hecho tan violento. 

Este texto lo escribió uno de los testigos en su muro de Facebook después del suceso. 

“La Navidad de Jesús”

Noche del 20 de diciembre. Patio del Bar de comida mejicana de Alvear 122 en Rosario (Taco box). Jesús tiene 10 años. Pasó a 5to grado en la Escuela Gendarmería Nacional de zona sur. Todo eso lo sabemos porque hablamos un rato cuando nos vendió 2 fibrones. Anda con un tío mayor en esos menesteres de ganarse la vida antes de perderla en forma definitiva.

Y al rato, un imbécil regordete y petizón, lo saca a empujones desde adentro a la vereda, y sobre la puerta de al lado lo empuja con mucha violencia y remata su miseria con un puñetazo a la panza de Jesús. Y vuelve a entrar a su inmundo bar ante los gritos y los insultos de varios parroquianos. Entonces la bronca, las ganas de cagarlo a trompadas. Y la impotencia por no poder calmar el llanto de Jesús.

Luego, unas empleadas que dicen entendernos y que ese chico va todas la noches. Como si la pobreza supiera de vacaciones! Y que los comensales no quieren vendedores… y bla bla bla. Y Jesús que pasa con su tío que esta noche vende pañuelitos de papel. Y yo que grito que por primera vez usaré las redes sociales para que la violencia de la gente de ese bar se conozca. Y lo hago con este post. Pero nada alcanza a tocar la tristeza, la humillación (repetida?) de Jesús. Porque con este post apenas repudio la violencia, pero no cobijo amoroso a Jesús. Ojalá él cuente con amor, con mucho amor (tal vez ese tío que volvió pidiendo explicaciones con los puños cerrados). Así las cosas, escribo y comparto esta historia porque de a muchos es mejor que solos. Ojalá en la zona sur también sean muchos con Jesús.