La tradición del Yari Gures o de "luchadores de aceite" se remonta hasta los Jenízaros, los soldados del imperio Otomano que originalmente eran esclavos pero que eran respetados por su combate formando una elite. 

Solían cubrirse con aceite de oliva para mantener la temperatura de sus cuerpos y ahuyentar insectos hasta que se transformó en una especie de "segunda piel" para el combate. 

 El torneo más importante de lucha, el Kirkipinar, viene realizándose desde 1346 y se lleva a cabo en Edirne (actual Turquía), la antigua capital Otomana.  Hombres y pasto resbaloso hacen que el combate se transforme en una danza de agarres dificultosos y brillosos. 

En la lucha Yagli Gures el objetivo es colocar al contrincante boca arriba por lo que los agarres deben ser muy específicos. Los luchadores, con el torso desnudo, visten unos pantalones de cuero llamados kispet que cuando están cubiertos de aceite pueden pesar hasta 10 kilos.