"Vamos a retirar casi un millón de candados, es decir, 45 toneladas", explicó Bruno Julliard, alcalde adjunto de París, que lamentó "esta fealdad".

Así los enamorados pudieron ver cómo los empleados municipales de la ciudad comenzaron a retirar  los candados dejados con la ilusión de un "para siempre".

La alcaldía de la capital francesa decidió retirar definitivamente los candados del puente a partir de este lunes porque suponen una "degradación del patrimonio" y un "riesgo para la seguridad de los visitantes".

El puente estará cerrado hasta el lunes próximo, cuando se cree que terminarán con los trabajos de refacción. Reemplazarán las rejillas y los paneles de madera por "obras de varios artistas" antes de instalar "paneles de vidrio", para evitar que coloquen candados nuevamente.

"Vamos a poner en marcha un dispositivo similar en el Puente del Arzobispado", detrás de la catedral de Notre Dame, otro lugar donde acuden las parejas, avisó Julliard más allá de que todavía no se sabe qué harán con los candados.