La Cámara Federal porteña dictaminó que el reducidor de autos, Carlos Telleldín, deberá afrontar un nuevo proceso judicial, al considerar que la entrega de la camioneta que perpetró el atentado se trató de un delito de lesa humanidad.

En un fallo conocido este lunes en tribunales, la Cámara ratificó que se trató de un delito de lesa humanidad imprescriptible y rechazó los planteos interpuestos por la defensa de Telleldín.

Con esta decisión, la sala I del Tribunal de apelaciones dejó en condiciones al juez federal, Rodolfo Canicoba Corral, de formular el requerimiento de elevación a juicio contra  Carlos Telleldín.

Las seis querellas del caso y la fiscalía ya formularon sus peticiones para enviarlo al proceso, luego de la orden de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que revocó su absolución el 27 de mayo de 2009.

Telleldín volverá a ser juzgado por haber sido, según la causa, el último poseedor de la camioneta Trafic que se acondicionó como coche bomba y detonó en Pasteur 633 el 18 de julio de 1994.

En el fallo de los camaristas Jorge Ballestero y Eduardo Farah se recordó que la Corte fue la que "ordenó la sustanciación de un nuevo debate y en definitiva la que selló la suerte que debía correr el proceso iniciado en perjuicio" de Telleldín.

La Cámara rechazó varios planteos de la defensa oficial de Telleldín, entre ellos un pedido de sobreseimiento por prescripción, al ratificar la decisión de declarar al atentado al a AMIA como un delito de lesa humanidad, en sintonía con lo resuelto por Canicoba Corral en el 2006.

Telleldín fue detenido poco después del atentado en base a la numeración del motor de la Trafic recuperado entre los escombros de la AMIA y que llevó a su persona como último poseedor registrado.

El entonces mecánico, que se dedicaba a regentear prostitutas y reducir autos robados, según él mismo dijo en la causa, guardó silencio sobre el destino del vehículo hasta que declaró en indagatoria habérselo entregado a un grupo de policías bonaerenses el 10 de julio de 1994.