La defensa del portero adelantó que apelará al decisión del juez de dictar la prisión preventiva para Mangeri, por considerar que las muestras de ADN fueron contaminadas. Si la justicia hiciera lugar a ese pedido, la investigación debería volver a fojas cero.

Por otro lado, apareció Cecilio, primo del acusado, y policía. "Es el marido de mi primera hermana, pero hasta ahora no fui citado aunque me puse a disposición de la justicia", sostuvo. Pero en las declaraciones, según las fuentes, Mangeri declaró haber hablado con él por teléfono, dato que el familiar negó.

Además, los abogados del encargado del edificio de la calle Ravignani reclamaron por la falta de más elementos que prueben su culpabilidad, como lo son el móvil y el escenario.

El juez Javier Ríos se apoyó en las pruebas genéticas que se hallaron en tres uñas de la víctima, congruentes al ADN de Mangeri. “La situación permite concluir que una de sus últimas acciones en vida, fue la de defenderse contrayendo su mano y dedos con el fin de arañar a su agresor", esgrimió en su fallo.

Una de las hipótesis que seguiría la Justicia está relacionada con los familiares que no tienen lazos sanguíneos directos, quienes lo podrían haber asesorado para que denuncie apremios ilegales.

La investigación podría tomar la ruta de esa trama de encubrimiento, con el fin de develar cómo, dónde y quiénes actuaron con la intención de plantar información falsa en favor del acusado.