"'Quiero que recuerden a mi hermano como un negro, villero, argentino, que se negó a robar para la policía', dice Vanesa Orieta, la hermana de Luciano Arruga, mientras moja un pedazo de medialuna de grasa dentro de un café con leche ya frío", comienza la entrevista en Tiempo Argentino, con motivo de cumplirse este 31 de enero ya 5 años de la desaparición del joven de 17 años.

En este país en el que la moralina que inunda los medios de comunicación se codea con las zonceras y tropieza con los lugares comunes, un negro villero que se niega a robar, ¿no debiera ser más recordado?

De la entrevista que realizó la colega Candelaria Schamun a Vanesa en un bar de Almagro, se destaca este pasaje: "Su hijo de dos años da las últimas cucharadas al helado de chocolate y le dice 'mirá mamá' y le muestra un soldadito de plástico en posición de tiro que le prestó un nene de otra mesa de este bar de Almagro. Hay cuatro mesas ocupadas. En una, un efectivo de la Policía Federal toma un cortado mientras mira Crónica TV. Vanesa prefiere sentarse lejos. 'Me siento más segura', dice".

Esta prosa de la periodista: "El Negro, como le dice Vanesa. El Negro, el pibe del barrio 12 de Octubre. El Negro, el pibe fibroso, de abdominales marcados, el que ponía cumbia y sacaba a bailar a su mamá Mónica. El Negro, el pibe que leyó La Vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne. El Negro, el pibe que se emocionó con El Principito, el que soñaba con conocer el mar, la nieve, gritar un gol en el Monumental y jugar como Francescoli. El Negro, Luciano Nahuel Arruga, el pibe de 16 años que desde hace cinco está desaparecido".

Y esta revelación, de la hermana: "Durante los primeros dos años, mamá se sentaba sobre un tronco en la puerta de la casa. Allí lo esperaba. Pensaba que algún día, el Negro la sorprendería desde la esquina vestido con los pantalones de Banfield y la camiseta de River".

El caso

Arruga (17) salió de su casa de la localidad bonaerense de Lomas del Mirador, partido de La Matanza, cerca de las 21 del 31 de enero de 2009, con 1,50 pesos en su poder hacia un ciber cercano, pero nunca regresó, según la denuncia de su madre, Mónica Alegre. La familia sostiene que el chico fue conducido al destacamento policial local, que no estaba habilitado para la detención de personas, y que algo ocurrió con él tras haberse negado a robar para la Policía.

Unos meses antes, el chico también había sido llevado a esa dependencia y su hermana escuchó que los policías le gritaban: "Te vamos a llevar a la octava para que te violen, o terminás en un zanjón".Los golpes que le aplicaron en esa oportunidad fueron constatados por médicos del hospital de San Justo y desde entonces fue interceptado varias veces en la calle por la policía.

Luciano Arruga salió de sucasa de la localidad bonaerense de Lomas del Mirador, partido de La Matanza, cerca de las 21 del 31 de enero de 2009, con 1,50 pesos en su poder hacia un ciber cercano, pero nunca regresó.

La familia sostiene que el chico fue conducido al destacamento policial local, que no estaba habilitado para la detención de personas, y que algo ocurrió con él tras haberse negado a robar para la Policía.

Unos meses antes, el chico también había sido llevado a esa dependencia y su hermana escuchó que los policías le gritaban: "Te vamos a llevar a la octava para que te violen, o terminás en un zanjón".

Los golpes que le aplicaron en esa oportunidad fueron constatados por médicos del hospital de San Justo y desde entonces fue interceptado varias veces en la calle por la policía.