Que la derecha suele ser retrógrada no es una novedad pero en un país con ley de identidad de género, matrimonio igualitario y cupo laboral trans entre otros derechos conquistados en los últimos años, un grupo de personas consideran gracioso atacar al hijo del presidente con lo que consideran una broma.

De broma tiene poco. Los comentarios son homofóbicos e infantiles y atacan innecesariamente a un chico que no se mete con nadie ni se involucra en política a pesar de ser el hijo del Presidente.

El ministerio de Salud abrió una licitación para la compra de 10.000 penes de madera que serán utilizados para la enseñanza de educación sexual en las escuelas pero algunos todavía se sonrojan cuando escuchan la palabra pene. Lo que confirma la necesidad imperiosa de profundizar la ESI para crear mejores generaciones de argentinos que entiendan que este tipo de "chistes" no causan gracia.

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