El streamer norteamericano Speed viajó a Brasil, desde donde transmitió en directo para sus canales y redes desde distintos lugares característicos. Sus transmisiones en vivo suelen tener locuras y extrañezas, a decir de quiénes lo consumen, pero esto superó todo. 

Aún no se sabe quién -¿su equipo de producción?-, mandó un grupo actores disfrazados de matones a secuestrarlo en vivo. Mejor dicho, simular un secuestro en vivo mientras él transmitía desde una favela. 

Y Speed terminó meándose encima del miedo cuando uno de los encapuchados lo tomó fuerte y lo sentó contra la pared. El streamer levantó las manos, pidió perdón, y tembló del susto. Fueron segundos de temor para el tipo, que se vio rodeado de “matones” pero a la vez su filmmaker seguía haciendo su trabajo. 

Hasta que los actores se descubrieron las capuchas, bajaron los palos y armas que llevaba y le revelaron que todo era una broma. Speed lagrimeo y gritó “Oh my God”. Todos a su alrededor gritaban y celebraban. Y él ya estaba todo mojado y empezaba a oler mal.