De repente, en la pantalla de C5N se escuchó la voz de Víctor Hugo Morales en comunicación telefónica desde su propia casa: el periodista pudo describir la situación dantesca que estaba viviendo.

Por una orden judicial, que claramente representa una operación mediática y política ya que no existe ninguna sentencia para cometer semejante atropello, funcionarios judiciales -acompañados por el abogado del Grupo Clarín, Damián Cassino- realizaron un allanamiento en el domicilio particular del periodista y locutor Víctor Hugo, en el marco de un juicio iniciado por la empresa Cablevisión.

El abogado del periodista, Miguel Angel Pierri, quien estaba al lado de su cliente durante el relato, se mostró sorprendido por la medida, a la que calificó de "innecesaria", porque "nadie puede pensar que Víctor Hugo no es una persona que no pueda responder con su patrimonio a la pretensión económica del Grupo Clarín, que le reclama 800 mil pesos".