Es el enemigo invisible. Pero, ¿y si lo pudiéramos ver? ¿Si viésemos cómo es que el coronavirus se distribuye?

Bueno, eso fue lo que hicieron en la Cadena de televisión japonesa NHK al poner a diez personas a comer en un buffet. Pero con una peculiaridad, uno de los comensales tenía pintura invisible en las manos, como si fuera el virus. 

A la media hora de iniciado el experimento, todos tenían pintura en partes de su cuerpo, sin haberse dado cuenta.