Fue una burrada y quedó grabada a fuego en la memoria de todos los argentinos. Es la imagen más infantil que se puede tener de una bóveda de dinero, como si el Banco Central tuviera los dólares en billetes esperando para ser retirados cada vez que se necesitan.

Patricia Bullrich demostró en una sola frase que no tiene la menor idea de cómo funciona la economía de un país, lo que ya de por sí, debería inhabilitarla para ser candidata en las elecciones.

Pero a su favor cuenta con una corte de adulones, dispuesta a todo para que no se note tanto, y minimizarle los errores, como lo hicieron Majul, Plager y Calabró en un patético paso de comedia.