La idea es clara: ejemplificar el amor incondicional de las clases populares hacia la persona que entienden que hizo todo por ellos y peleó por sus derechos.

Leandro Santoro buscó una figura de mucho arraigo popular como la cantante cumbiera Gilda para mostrar lo que se vive cuando se recorren las barriadas del conurbano con la vicepresidenta.