En política se puede tener cualquier ideología, ser más de derecha o de izquierda, pero lo que no se puede es no tener empatía, carecer de humanidad.

Un ejemplo de esto es el de Ramiro Marra, quien en vez de solidarizarse con la desesperación de un hombre con necesidades de techo y trabajo, lo único que hizo es remarcarle el lugar de la propiedad privada y amenazar con meterlo preso.