Se "ha generado un quiebre en la necesaria confianza que debe existir entre los jueces del cuerpo y su presidente", escribió la jueza Ángela Ledesma, integrante de la Cámara Federal de Casación Penal que preside Hornos, en la nota que le envió.

El primer planteo lo había formulado el vicepresidente primero de la Casación, Alejandro Slokar, en términos parecidos a los esgrimidos por Ledesma. Ambos magistrados le reclamaron a Hornos que sus explicaciones no fueron convincentes, que no las dejó plasmadas en la reseña de la reunión en la que las brindó. Y peor aún, que jamás respondió al pedido que le formularon para que convocara a un plenario para abordar la cuestión de su representación.

Las seis visitas de Hornos a Macri, reveladas por el diputado oficialista Martin Soria (FdT-Río Negro) y reconocidas por el presidente de la cámara de Casación ante algunos de sus colegas, fue abordada incluso por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el jueves, durante su exposición ante la sala I de la Cámara Federal de Casación Penal en el marco de la causa conocida como 'dólar futuro'.

En la misiva que Ledesma le envió a Hornos, detalló que ya el 19 de febrero le había hecho saber que aquellas visitas a la Casa Rosada "implican una cuestión ética insoslayable, de significancia institucional, que resultan violatorios del Código Iberoamericano de Ética Judicial".

Ledesma recordó que en esa ocasión también le transmitió su "preocupación en torno a las dudas generadas sobre su imparcialidad, independencia, responsabilidad institucional, integridad, transparencia y prudencia, con un fuerte –e inmensurable- impacto en todo el cuerpo y la trascendencia que ello reviste por tratarse de un juez que además preside" la Casación.


Ledesma refirió, además, que el 26 de febrero, junto con el juez Slokar, le solicitaron por escrito a Hornos que convocara a un Acuerdo General "en atención a la incidencia que tales hechos tienen en razón del cargo que ocupa", sin que esa iniciativa hubiera recibido respuesta alguna hasta la fecha.

También puso por escrito que el presidente de la Sala IV del máximo tribunal penal, Mariano Borinsky, le había solicitado verbalmente que convocara a un Acuerdo General para abordar la cuestión, también sin obtener respuesta.

En otro pasaje, precisa: "A ello se suma que recién hoy se dio a conocer el resumen del Acuerdo de Superintendencia celebrado el día 18 de febrero pasado, en el cual no consta que usted informó sobre dichas circunstancias (por lo cual el Secretario se vio obligado a incorporar una nota luego del resumen con una mínima referencia al tema), lo cual constituye una irregularidad imposible de tolerar".

Y concluyó: "Todos estos hechos me llevan a poner de manifiesto que, en su carácter de presidente (de Casación), ha generado un quiebre en la necesaria confianza que debe existir entre los jueces del cuerpo y su presidente. Este motivo constituye un impedimento para que me represente institucionalmente, razón por la cual le solicito la renuncia al cargo de presidente de la Cámara".

El primer pedido de renuncia, el de Slokar

El primer pedido de renuncia a Hornos se lo había formulado el juez Slokar, vicepresidente primero de la Cámara Federal de Casación Penal, durante el acuerdo de superintendencia del máximo tribunal penal del martes pasado, y lo dejó asentado luego por escrito, tras constatar que las explicaciones ofrecidas por Hornos en la reunión anterior no habían quedado plasmadas en el acta del encuentro, según pudo reconstruir Télam.
 

En la reunión entre el presidente de Casación y los titulares de las distintas salas, Hornos había reconocido sus visitas a Macri en la Casa Rosada y había dicho que respondían a una relación "social" que tenía con el mandatario, que lo llamaba para consultar temas "genéricos" vinculados con política judicial.

El planteo de Slokar ocurrió luego de que el presidente de Casación también dejara de responder a oficios que le habían enviado algunos de sus colegas para hacerle saber su disconformidad con las explicaciones.

Hornos ofreció explicaciones a cuatro de sus colegas –los presidentes de sala- para ellos las trasladaran a los siete restantes integrantes del tribunal, pero sus planteos causaron molestias en algunos de los jueces de Casación.

Estos se lo manifestaron sus reproches en distintas cartas: una estaba firmada por Ledesma y otra por los jueces de sala II Slokar, Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci.