Aunque ella declaró que la que le sustrajeron de su domicilio eran dinero de SUMA, fundación que preside, lo cierto es que, al menos en lo que respecta a donaciones en blanco, la fundación de Gabriela Michetti recibe dinero a través de tarjetas (crédito y débito).

Así se desprende de las imágenes captadas durante un evento de la ONG en las que se ve claramente cómo los invitados hacen sus aportes a través de plásticos.

Incluso, la Fundación SUMA posee un sistema de pago a través de la página MercadoPago y es posible realizar donaciones desde la página web.

Esa verificación complica aún más a la vicepresidente con respecto a la investigación del origen del dinero que le sustrajeron de su domicilio: 200.000 pesos que supuestamente provinieron de una donación a SUMA, como ella misma dijo.

O era dinero bancarizado que ella misma había retirado y retenido en su domicilio, o era una donación en negro o, sencillamente, se trata de dinero propio cuyo origen Michetti no puede explicar.

Eso es lo que trata de discernir el juez Ariel Lijo, quien lleva adelante la investigación por la sustracción del dinero y su hasta ahora oscuro origen.