En esta escena están condensados todos los elementos que componen el escenario de la crisis económica en las que nos sumió Javier Milei.

Por un lado el aumento enloquecido de los precios, entre ellos el del transporte, que hizo que un hombre no pueda pagar el pasaje de su hijo. Por otro, la respuesta del colectivero, reaccionando con furia, solo porque el pasajero no tenía dinero. El chico que se escapa corriendo de la violencia, como una señal de que esto dejará marcas traumáticas en la sociedad, y por último, la aparición de una picana, para recordarnos que vuelven los tiempos que creíamos enterrados.