Juan José Aranguren, el mismo que especula contra el peso y persigue política y sindicalmente a sus trabajadores, confesó que votará al PRO en 2015. Entre Macri, Massa o Scioli, el que más simpatía le genera ¿cuál es?, le preguntraron. "Macri", respondió con seguridad.

Pero fue un poco más lejos al advertir sobre su participación en una eventual administración del macrismo. "Yo voy a terminar mi vida laboral en Shell y luego sí tengo una vocación de poder contribuir en el área que yo sé", dijo.

Aunque al consultarlo sobre qué le importaba más, si los intereses del país o los de la multinacional que comanda, Aranguren respondió que "los intereses no tienen pasaporte ni nacionalidad", lo cierto es que los suyos sí responden a los de la compañía de la concha amarilla y roja.

Bajo su mando, Shell Argentina fue la principal impulsora de la suba del dólar a principios de año, al realizar fuertes compras del billete norteamericano, incluso a precios superiores al que cotizaba en ese momento.

En febrero, realizaba una aumento unilateral en el precios de sus combustibles en un 12 por ciento, lo que era calificado como "una actitud contraria a los intereses del país", acusando a Aranguren de haber tomado "una decisión unilateral de perjudicar a los consumidores de combustible", según sostenía entonces Jorge Capitanich.

Además, Julio de Vido acusaba al CEO de seguir "pensando que la rentabilidad de los combustibles que produce en Argentina en pesos, con salarios e insumos en pesos, debe estar dolarizada, como si los vendiera en el mercado global y no a los consumidores del país”.

El ministro de Planificación Federal cuestionaba también al titular de Shell al advertir que "apoya el carrying, no invierte nada para producir gas y petróleo en nuestro país", agregando que "pisa las áreas para especular como si fueran una inversión inmobiliaria y no una inversión productiva".

Pero Shell no se destaca solamente por su posición antinacional sino, incluso, por la persecución política y sindical que lleva adelante contra sus trabajadores.

Recién este miércoles y debido a reiterados dictámenes judiciales, la multinacional repuso en su puesto de trabajo a Fernando Luna, quien había sido despedido el 30 de abril por razones política y sindicales.

“Mi reinstalación es histórica. Le ganamos la pulseada a este monstruo multinacional que tiene ganancias millonarias e incumple las leyes sindicales y laborales”, dijo Luna al volver a la empresa que incumplió durante meses decisiones judiciales sobre su reincorporación.