La Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) intentan logar un demorado acuerdo político comercial que sigue extendiéndose en el tiempo.

Después de idas y vueltas- y de estancarse en 2010- la posibilidad de unir a los bloques de países ubicados en distintos continentes con realidades disímiles volvió a la carga. 

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En esta cumbre del G-20, Michel Temer y Mauricio Macri se reunieron con el presidente de la UE para intentar avanzar en las relaciones comerciales en las que mientras la UE maneja un mercado de 750 millones de consumidores, el Mercosur reúne el 80% del PIB de Sudamérica, lo que representa un de acceso a 250 millones de clientes.

El Mercosur- integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay ( Venezuela forma todavía parte de este grupo, aunque le fue negada la presidencia y está excluida de las actuales negociaciones)- demanda a Europa menor proteccionismo ante los productos agropecuarios (en especial la carne y los lácteos). Sin embargo, las negociaciones siempre encuentran un techo a la hora de ceder mercados. 

Pero las exigencias no solo son del Viejo continente sino también como explica el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa- actual presidente rotativo del grupo- la propuesta del Mercosur tampoco es "extraordinariamente buena". 

“¿Ustedes se creen que la oferta del Mercosur es extraordinariamente buena? Solo el 16% de los productos [procedentes de la UE] los desgravamos a 10 años y el 50% a 15, que es el plazo máximo. Lo nuestro tampoco es una maravilla”, aseguró Novoa en una entrevista radial en uruguay, mientras que la UE pretende una desgravación arancelaria para, como mínimo, el 90% de sus exportaciones en la próxima década. 

Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los mayores afectados por la firma del tratado entre bloques serían Polonia, Italia, España, Francia y Hungría, ya que representan cerca de dos tercios de la mano de obra agrícola europea. Pero la UE tampoco pierde de vista que Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay se convirtieron, en 2015, "en el sexto mercado de exportación de fármacos europeos, el séptimo más importante para la comercialización de productos químicos y el octavo en la venta de maquinaria".

Las próximas reuniones para intercambiar posiciones serán el 22 y 23 de junio, donde será clave el entendimiento entre Brasil y Argentina, dos países cuyas economías han perdido fuerza entre el déficit, la inflación, el tipo de cambio y los cuestionamientos políticos. 

(El País/Agencias)