El gobierno de Mauricio Macri decidió otorgar un nuevo adelanto financiero por 500 millones de pesos a Jujuy, como lo hiciera el 27 de enero pasado y por idéntico monto.

Entre los nuevos argumentos, se señala que el distrito gobernado por el radical Gerardo Morales "se ve impedido, en forma transitoria, de atender financieramente los compromisos más urgentes".

Se trata de fondos que luego serán retenidos de los fondos coparticipables; es decir, de "anticipos a cuenta de las respectivas participaciones en el producido de los Impuestos Nacionales sujetos a distribución".

Aunque "deberán ser reintegrados dentro del mes de su otorgamiento", el Poder Ejecutivo "podrá ampliar dicho plazo de devolución, sin exceder el ejercicio fiscal en que se otorgue".

Para recibir tales privilegios, Morales apunta a ser uno de los alumnos más aventajados en la escuela de macrismo puro, reproduciendo en el territorio que gobierna las políticas más cerriles de Macri.

Por ejemplo, realiza despidos sistemáticos en la administración pública provincial, entre ellos el de la excandidata a gobernadora del FIT, Natalia Morales, que llevaba once años trabajando en la Secretaría de Agricultura Familiar.

Y, para cerrar el círculo, la detención ilegal de Milagro Sala, con la que no sólo busca castigar a la líder de la Tupac Amaru por su kirchnerismo irreductible, sino también apuntando a regimentar a los movimientos sociales jujeños que pretendan oponérsele.