Mauricio Macri y su equipo de gobierno se reunió este martes con los sindicalistas Hugo Moyano, de la CGT opositora, y Luis Barrionuevo, CGT Azul y Blanca. Allí, coincidieron en diagnosticar para el país "una crisis política, económica e institucional", según el camionero, aunque Macri fue más allá más temprano en diálogo con radio Mitre: "Espero no sea la crisis final" del gobierno.

Macri dijo en la emisora de Clarín que la situación económica "es un cáncer que se está transformando en algo imparable". Y volvió con el speech de que existe "un camino de no diálogo, está basada sobre un modelo económico antiguo, y basado sobre una mentira".

En la Usina del Arte, en La Boca, los referentes PRO y sindicalistas se dispusieron en una gran mesa con manteles blancos en forma de U. Macri, anfitrión, se sentó a la mesa junto a su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; el jefe de bloque en Diputados, Federico Pinedo; el ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, la senadora Gabriela Michetti y el diputado bonaerense Mauricio Dalessandro, entre otros.

Moyano, el primero en arribar al cónclave, Barrionuevo, Julio Piumato -de los judiciales- y Gerónimo "Momo" Venegas -de UATRE-, entre otros 40 sindicalistas, se sentaron frente a ellos.

Para Moyano, en la Argentina "hay crisis política, económica e institucional". Y cuando le preguntaron por el encuentro con un hombre con posturas tan opuestas, justificó: "Las crisis deben servir para hacernos entender lo buena de la convivencia, aunque no compartamos algunas ideas".

En tanto, Barrionuevo le habría dicho a La Nación: "La inflación le pega al bolsillo del asalariado, es el resultado de la corrupción".

Según los gremios, la serie de reunión con hombres "presidenciables", sirve para trasladarles las preocupaciones de los trabajadores. La semana pasada, Daniel Scioli, Sergio Massa y hasta José Manuel De la Sota, les negaron una reunión.