La métrica está muy lograda, al igual que las rimas, pero lo más destacado del tema que hizo estallar a los conductores de Gelatina, es el excelente balance entre solidez del mensaje que se quiere transmitir y lo perfecto que cae la letra en una canción que se impondría claramente si se canta en una marcha.

Porque aquel que es habitué de eventos populares como marchas o partidos de fútbol detecta al instante cuando una canción se puede meter de lleno en una hinchada -como lo hizo la magnífica ‘Muchaaaachos’- o pasar de largo sin lograr ningún impacto.

Y las risas, caras de sorpresa y aplausos de los conductores le dan el mejor de los premios, el de ser reconocido como un hit aun antes de que suceda.