Se nota mucho pero sin embargo parece que le resulta, sino no se explicaría por qué insiste con una fórmula que con analizarla mínimamente cualquier persona la descartaría inmediatamente.

El odio es el combustible con el que viene alimentando su carrera desde hace años, y apoyado en el sesgo de confirmación de sus oyentes, basta que diga cualquier cosa contraria al Gobierno para que tenga un efecto.

Aunque esta vez haya ido demasiado lejos.