Jorge Lanata es fiel a su estilo. Hoy parece ser uno de los fervientes defensores de "la causa Nisman", una voz que lo argumenta, que lo defiende y que brega por Justicia.

Pero parece que hace unos años no sucedía lo mismo y lo acribillaba sin piedad ante las cámaras de televisión, como es su accionar de costumbre.

Pero las cámaras siempre guardan el archivo y hay que tener cuidado con convertirse en un camaleón...