Desde Clarín y el resto de los medios hegemónicos anunciaron con bombos y platillos que el fiscal tenía 3 toneladas de pruebas contra Cristina. Así con el peso físico pero sin hablar de la contundencia de las pruebas.

Pero con el correr de las audiencias el fiscal recurrió al "sentido común" como su prueba más fuerte pero documentos que probaran un delito poco y nada. Por eso es que el operador macrista Claudio Savoia no tuvo empacho en tirarse sobre la granada y explicar que en realidad las pruebas estaban "encriptadas" para que sólo entiendan los muy informados.

Raro que en un juicio oral y público se presenten pruebas que la mayoría de la gente no entendería y que los supuestos informados de los medios que cubren el juicio sean incapaces de traducir a los pobres mortales que tratamos de entender cómo se va a condenar a una persona que no fue siquiera nombrada por ninguno de los testigos durante los 3 años de instrucción.

Obviamente la pavada de las pruebas encriptadas hicieron ruido en las redes.

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