Todo comenzó como un supuesto gran escándalo de corrupción gracias a unas fotocopias donde supuestamente estaban anotados fecha y lugares de donde se iba a cobrar coimas.

Diego Cabot consiguió unas fotocopias de esos supuestos cuadernos e hizo toda una “investigación” avalada por el diario La Nacón que hasta le significó un importante premio.

Pero todo era mentira. Los cuadernos que primero se dijo habían sido quemados y que después aparecieron como por arte de magia no eran originales.

Hace unos meses un peritaje privado había dado con estas inconsistencias asegurando que había tachaduras y correcciones. Ahora se conocieron las pericias de la policía y de la UBA que indican que el ex policía Bacigalupo, la fuente irrefutable del periodista Diego Cabot, había sido el artífice del engaño.

¿Habrá engañado también al periodista o Cabot actuó sabiendo que todo era una gran mentira?

Lo cierto es que más allá de lo que descubrió la Justicia, toda la investigación fraudulenta de La Nación y Cabot ya hizo el daño que pretendía hacer. 

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