El otrora 'progresista' Jorge Lanata, fundador de Página 12 y fundidor de Crítica de la Argentina, ha tomado el rumbo de Wall Street –los que "saben de capitalismo", como él dice– para acercarse a los fondos buitre; idéntico camino del aún derechista Mariano Grondona, vocero de varias dictaduras.

En tiempos en el que el gobierno argentino afronta combates legales en las cortes de Nueva York, con jueces y mediadores jugados a favor de buitres que pretenden manejar las finanzas internacionales, ambos y en paralelo decidieron ser voceros locales y televisivos de los holdouts, colocándose en tándem con Thomas Griesa y Daniel Pollack.

Lanata en Periodismo Para Todos y Grondona en Hora Clave parecen haberse puesto de acuerdo para lanzar por TV idéntico mensaje.

"El gobierno negoció mal", "Kicillof cree que el mundo está en su contra", "ha habido impericia en las negociaciones", etc., son solo algunos de los 'argumentos' que, de hecho, sirven a los holdouts para su campaña antiargentina en el exterior, como lo demostraron en reiteradas oportunidades a través de solicitadas publicadas acá y en Estados Unidos y Europa.

"Tendrían que haberlo manejado de otra manera. ¿Cuál...? No tengo idea, pero es evidente que tendrían que haberlo manejado de otra manera", sostuvo Lanata el domingo, agregando que "Wall Street no necesita clases de capitalismo de Kicillof, pero él está yendo a dárselas".

Casi simultáneamente, Grondona decía a sus televidentes: "No sé si ha habido mala fe" en la negociación, "pero impericia seguro", indicando que la idea es echarle la culpa a los holdouts por "lo mal" que le va a nuestro país.

La ahora figura estelar de Canal 13 y el Grupo Clarín, como el propio Grondona, trata de exculpar a los buitres al asegurar que "no es una venganza contra la Argentina" sino que es culpa de "gastar mal y volverse a endeudar", sin reconocer que el kirchnerismo –en el gobierno desde hace 11 años– no se ha endeudad, sino que –por el contrario– ha renegociado exitosamente una deuda que sucesivos gobiernos anteriores, desde la dictadura a esta parte, asumieron.

Una renegociación que los holdouts pretenden voltear a cualquier precio, utilizando cualquier tipo de maniobras legales y financieras.