Aunque parezca inverosímil, el ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Germán Garavano, dio su pésame por el fallecimiento de un represor de la Dictadura. 

Se trata de Carlos Bernardo Chasseing, el general que fue interventor en Córdoba durante la última Dictadura Cívico Militar y mano derecha del jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez.

A través de un aviso fúnebre en el diario La Nación, Garavano manifestó "acompañar con afecto a su hijo Pablo y familia en este momento de dolor". 

Rápidamente, los organismos de Derechos Humanos manifestaron su repudio. En especial H.I.J.O.S. Reg. Córdoba , Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba, Asociación de Ex Presos Políticos y Ex Presos Políticos por la Patria Grande.

En un comunicado afirmaron que el accionar del ministro macrista que debería condenar a estos genocidas, “es incompatible con su función pública”. Además, coincidieron en que las declaraciones de Garavano "ofenden y agravian la memoria de las víctimas del Terrorismo de Estado".

El texto completo: 

Chasseing fue la mano derecha del genocida Menéndez durante la aplicación del Terrorismo de Estado en Córdoba, por lo cual es incompatible con su función pública que, desde el más alto cargo que instituye la democracia para llevar adelante políticas de Justicia y Derechos Humanos el Dr. Garavano salude al más alto funcionario público durante la aplicación del terrorismo de estado en Córdoba entre 1976 y 1979.

Con su mensaje fúnebre Garavano degrada la institución de la que es titular, y va en contra de lo que el mismo Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación declara públicamente como parte de su misión institucional: “Entender en la formulación y aplicación de políticas y programas de promoción y fortalecimiento de los derechos humanos.” (http://www.jus.gob.ar/el-ministerio/mision.aspx) ¿Cómo puede el Ministro Garavano “promover y fortalecer los Derechos Humanos” si saluda desde su investidura pública democrática a uno de los dictadores feroces que tuvo la última dictadura cívico-militar?

A casi 35 años de democracia ininterrumpida, con ejemplares juicios por delitos de lesa humanidad conseguidos en todo el país, las declaraciones del Dr. Garavano no sólo ofenden y agravian la memoria de las víctimas del Terrorismo de Estado, sino que manifiestan, una vez más, que su sentir más profundo es contrario al avance de la Democracia y Derechos Humanos, por lo cual debería dejar la cartera que ocupa en manos de alguien que realmente quiera aportar a la construcción de la Justicia y los Derechos Humanos en nuestro país y no que defienda y salude a genocidas.